miércoles, 10 de mayo de 2017

Mural en LATA Pantitlán

Hace unas semanas un compañero de la Asociación Mexicana de Ilustradores (AMDI) lanzó la convocatoria para pintar murales en un espacio comunitario cerca del metro Pantitlán, en un principio se nos dijo que el proyecto consistía en crear una imagen que promoviera la lectura, así que comencé a bocetar, ya que dos días después tendríamos una reunión con el administrador del lugar. Yo estaba muy emocionado porque sería mi primer mural, aunque ya había intervenido dos piezas de mobiliario urbano anteriormente (ya luego se las muestro).



Bocetos


La llegada al LATA Pantitlán fue algo complicada (no mucho, gracias a Google Maps). El lugar era completamente blanco, exceptuando el cubo de las escaleras que había sido intervenido por un grupo de cholos que fueron invitados a hacer algo ahí, pero desafortunadamente su trabajo era muy oscuro y no estaba orientado a las actividades que se llevan a cabo en este centro comunitario, por lo que fueron eliminados. Los ilustradores asistentes escogimos cada quien el muro que más nos gustó. Yo escogí un salón del primer piso, el que fue asignado como la ludoteca.



Muro de la ludoteca.



Trazado de mural finalizado.


El administrador del lugar se hace llamar Luis a.k.a "Raro", al parecer fue un chavo banda grafitero que junto con sus amigos comenzaron a armar proyectos culturales para la comunidad. En fin, "Raro" nos habló del Laboratorio de Arte y Trabajo Alternativo (LATA), de la necesidad por parte del profesorado, los alumnos y los asistentes en general por cubrir el blanco de las paredes (y es que, créanme, ese blanco se vuelve enceguecedor si estás ahí por media hora), pero además querían que los murales fueran un regalo para los chavitos por el Día del Niño, por lo que teníamos que concluir el trabajo el 28 de abril.



Detalle de trazado.



Detalle de trazado.



Detalle de trazado.



El "Raro" nos abrió mucho más el panorama con respecto al tema del mural al contarnos que en ese espacio asiste una mayoría de madres solteras con sus hijos, que requerían que los murales fueran piezas accesibles para los chavitos, es decir, que les permitieran relacionarse fácilmente con ellas para desatar su imaginación y aspirar a algún día ser ilustradores o artistas. Ya dada la información necesaria me dispuse a bocetar otras ideas, y es que, la mera verdad, me daba flojera el tema de la promoción de la lectura, siento que a últimas fechas se ha vuelto un lugar común y nada que aumenta el número de lectores en nuestro país, pero bueno, esos asuntos no nos atañen en este blog.



Los tres puntos de color del mural. 


Antes de entrarle al mural he de contarles que a partir de la primera pieza de mobiliario urbano que intervine para el Ball Parade NFL de la CDMX, comencé a desarrollar un estilo muy personal que me entusiasma porque tiene algo de provocador, reta al espectador por un motivo muy sencillo: hay una gran ausencia de color. Esto tiene qué ver con mi fascinación por los libros para iluminar, ya saben, esos que traen muchas escenas y personajes, normalmente delineados con líneas negras gruesas (para que los chavitos no se preocupen en salirse de la raya, ¡cosa más estúpida, de veras!), pero también por una búsqueda personal en cuestiones de composición con respecto al color, contraste, alto contraste, timbre tonal y volumen. No me voy a clavar desarrollando cada uno de estos conceptos o de otra manera será un cuento de nunca acabar.



Delineando el fondo con Esterbrook.


Mi mural consiste en un personaje principal, dos secundarios y un fondo. El personaje principal es un niño disfrazado de conejo (me encantan los niños con disfraces, lo que también he trabajado en varias ocasiones) haciendo burbujas con un arillo (la solución jabonosa no existe en la escena), mientras es observado por un par de avechuchos muy cotorrones. Estos tres elementos son los únicos que usan color, con una paleta que utiliza básicamente colores primarios brillantes, secundarios neutros y un terciario. Utilicé pinturas vinílicas que nos proporcionaron en el lugar y acrílicos.



Mural terminado.


Por otra parte, el fondo, que es la parte que domina la mayor parte del mural y que sale del salón, consiste única y exclusivamente en plantas exóticas que se enredan y desenredan a partir de las líneas gruesas del Esterbrook. Llevo muchos años trabajando con líneas que van generando volúmenes y texturas, por lo que me es muy cómodo trabajar con esta técnica, aunque es la primera que las hago en dimensiones mucho más grandes. Procuro dejar que el blanco respire, me gusta darle su espacio, respetarlo porque es la base a partir de la cual generamos las imágenes. Me gusta pensar que el blanco permanece hablando, sugiriendo, provocando al espectador para que lo rellene con sus ideas, con los colores que se imagina, y es justo por eso que me permito este estilo "inacabado" que deja a la gente un tanto inquieta y no pueden evitar preguntarme: ¿Le vas a poner color?



Detalle del mural.

Detalle del mural.

Detalle del mural.

Detalle del mural.
Detalle del mural.

Detalle del mural.

Detalle del mural.

Detalle del mural.


En fin, creo que ya me extendí mucho e igual y ya dejaron de leer unos párrafos atrás, por lo que concluyo esta entrada invitándolos a ver mi mural que se encuentra en LATA Pantitlán.



Autorretrato con mural. 







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